¿Qué es?

El vómito es la expulsión del contenido del estómago hacia el exterior. En los neonatos y lactantes, los vómitos pueden ser la manifestación de cualquier tipo de malestar en el bebé: infección, dolor, bajada de azúcar, empacho, reflujo gastroesofágico. Si no hay ninguna enfermedad que los cause, el bebé mejora después de las primeras tomas y sin tratamiento.

Causas

Vómitos con sangre: En los recién nacidos lo más habitual es que sea algo transitorio durante las primeras horas de vida, ya que, durante el parto, ha podido tragar sangre materna y secreciones que le pueden producir náuseas y vómitos. Durante los primeros días de lactancia materna, si la madre presenta grietas en los pezones, el recién nacido puede vomitar hilitos de sangre; es un hecho sin importancia, de hecho la sangre que vomita procede de las heridas que tiene la madre en las mamas. Cuando se resuelvan las grietas, ya estará solucionado el problema.

Vómitos biliosos: Si el vómito del recién nacido está teñido de bilis es probable que tenga un problema grave que tenga que ser estudiado y tratado de manera urgente: vólvulo intestinal, atresia duodenal, enfermedad de Hirschsprung. En la mayoría de estos casos el bebé es intervenido de urgencia.

Vómitos no biliosos: Alimentación excesiva, infecciones (orina, meningitis, neumonía, otitis…), enfermedades del riñón, problemas neurológicos: hidrocefalia, hemorragia intracraneal, enfermedades metabólicas, alergia a las proteínas de la leche de vaca, reflujo gastroesofágico, enterocolitis necrotizante, estenosis hipertrófica de píloro, vólvulo intestinal, tapón meconial.