Dolores en el bajo vientre después de tener relaciones

Médico especializada en ginecología y obstetricia. Con más de dos décadas de experiencia en la profesión, es una experta en ecografía de 20 semanas, diagnóstico prenatal, parto, histeroscopia quirúrgica y laparoscopia, entre otras. Compagina su trabajo en diferentes centros con la docencia y la redacción de artículos.
En la red y en los tratados de ginecología existen infinitos artículos dedicados al dolor durante las relaciones sexuales, o dispareunia, que puede tener múltiples causas tanto biológicas (infecciones vaginales o pélvicas, endometriosis, problemas dermatológicos de la vulva o falta de lubricación, y un largo etc.) y también causas psicológicas o socioculturales.
En este texto, sin embargo, trataremos un tema mucho más concreto, que cuando la relación sexual transcurre con toda normalidad, resulta placentera, pero al acabar se produce la sintomatología del dolor, que no estaba presente durante el acto sexual.
¿Qué causas pueden intervenir y cómo tratarlas y prevenirlas?
Cuando el dolor aparece tras las relaciones, los motivos son distintos de la dispareunia. Vamos a intentar desarrollar las diferentes causas con su tratamiento y manera de prevenirlo:
- La fricción: cuando el coito se ha mantenido con insuficiente lubricación o ha sido especialmente prolongado o vigoroso, pueden ocasionarse pequeñas fisuras en la mucosa vaginal, que quizás durante el acto no se han percibido, pero al acabar pueden causar dolor o incomodidad. Suele tratarse de una molestia pasajera, que no requiere tratamiento, y se previene asegurándonos de que la mujer esté lo suficientemente excitada y con el uso de lubricantes.
- Reacción alérgica a algún producto usado durante las relaciones sexuales, preservativos, lubricantes… En este caso la irritación que pueden causar en la mucosa el efecto de estos productos puede tardar en manifestarse y no notarse desde el principio. Probablemente las molestias se resuelvan espontáneamente, pero si persisten quizás sea necesario algún tratamiento antihistamínico o antiinflamatorio.
- Las relaciones sexuales bruscas o muy intensas y prolongadas pueden causar edema en la zona de los labios vulvares o el clítoris, pues es un tejido fácilmente “edematizable”, como los párpados, que ante un traumatismo se suelen hinchar y lo mismo le ocurre a esta zona anatómica. Y no es infrecuente que en estos casos la zona se hinche, lo que provoca el consiguiente dolor e inflamación, que podemos aliviar y ayudar a calmar con la aplicación de compresas frías o hielo debidamente envuelto, no directamente ni durante más de 5-10 minutos cada aplicación.
- Un motivo de dolor post relaciones sexuales muy característico, y muy infradiagnosticado, es lo que se llama síndrome de congestión pélvica. Es una patología vascular, en la que, sobre todo después de un embarazo, se forman venas dilatadas en la pelvis, alrededor del útero, varices… que son responsables de dolor pélvico crónico, que empeora generalmente a lo largo del día, después de las relaciones sexuales y se modifica a lo largo del ciclo menstrual. Y sobre todo si la mujer no ha experimentado orgasmo, pues toda la sangre que acude a la pelvis y la zona genital durante la excitación se libera durante el orgasmo, y en ausencia de éste se puede acentuar aún más. Hay que tener en cuenta esta entidad, intentar tratamiento con venotónicos como los que se usan con las varices de las piernas y, en ocasiones, el cirujano vascular puede valorar la opción de realizar tratamiento a estas venas dilatadas esclerosándolas o embolizándolas (procesos que se utilizan para detener el sangrado).
Otra patología que podríamos incluir en este grupo, aunque suele ser de inicio más tardío, son las infecciones de orina que, con mucha frecuencia, son postcoitales. Durante el coito, la fricción favorece la entrada de microorganismos de la esfera genital a la uretra y la vejiga urinaria, que es un órgano que ha de permanecer estéril a diferencia de la vagina, causando una cistitis, que, a parte del dolor, suele cursar con necesidad continua de orinar que no se satisface al vaciar la vejiga, escozor o ardor al salir la orina y a veces incluso micción con sangre. Requerirá tratamiento antibiótico, y para evitarlas se recomienda orinar antes y después de la relación sexual y mantener una buena higiene. También es recomendable mantener una postura sexual que no implique demasiado roce en la parte anterior de la vulva, que es donde desemboca la uretra. Pueden ser de utilidad los preparados de farmacia que combinan probióticos con el extracto de arándano rojo americano y otras sustancias preventivas en personas que sufren este tipo de cistitis con frecuencia.
Estas son las principales causas de dolor en la parte baja de la pelvis, que sólo se manifiestan tras las relaciones sexuales. Si presentas alguno de ellos, que no se resuelve espontáneamente, con los Seguros de Salud de MAPFRE puedes consultar a expertos ginecólogos para encontrar el remedio más adecuado.
Lo que debes saber…
- Cuando el dolor aparece tras las relaciones, los motivos son distintos de la dispareunia (dolor durante las relaciones). La relación sexual transcurre con toda normalidad, resulta placentera, pero al acabar se produce la sintomatología del dolor, que no estaba presente durante el acto sexual.
- Los motivos que pueden explicarlo van desde fricción por insuficiente lubricación durante la relación, reacciones alérgicas a algún producto, o relaciones sexuales bruscas.
- Otro motivo es el síndrome de congestión pélvica, una patología vascular, en la que, sobre todo después de un embarazo, se forman venas dilatadas en la pelvis, alrededor del útero, varices… que son responsables de dolor pélvico crónico.
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