¿Qué es la depresión?

Los síntomas de la depresión pueden ser extremadamente variados e incluso pueden afectar a la esfera física a través de dolores o alteraciones en el ritmo intestinal, etc. En algunos casos, la enfermedad depresiva evoluciona hacia presentar una recaída tiempo después de un episodio resuelto. Generalmente las recaídas suelen ser detectadas más precozmente que la primera manifestación y la instauración más pronta de tratamiento específico conduce a una menor intensidad del cuadro y a una resolución más rápida.

¿Cómo se produce?

Entre los muy diversos factores productores de la depresión están: los pertenecientes a la esfera psicosocial o factores externos, y los factores internos de los pacientes (genéticos o biológicos):

  • Factores externos: son los factores de origen psicosocial, esto es, las circunstancias a las que el paciente se expone por el hecho de vivir en la sociedad que le acoge: problemas familiares, sociales, económicos, pérdida de seres queridos, mudanzas, etc. Además, un mal ambiente laboral puede generar el síndrome de burnout o una depresión. Estos factores, de ser adversos, pueden producir en muchas personas el desarrollo de una depresión.
  • Factores internos: pueden ser de tipo genético o biológico:
  • Factores genéticos: hay casos de agregación familiar de enfermedad depresiva que sugieren la posibilidad de una carga genética hereditaria que podría predisponer a la enfermedad. Algunas investigaciones genéticas parecen corroborar esta hipótesis.
  • Factores biológicos: en los casos de depresión se ha comprobado la existencia de cambios en las concentraciones de algunos neurotransmisores en las sinapsis entre las neuronas de algunas partes del cerebro. Con los tratamientos antidepresivos mediante fármacos se pretende conseguir el reequilibrio de estas moléculas implicadas en la bioquímica de la enfermedad depresiva.

Síntomas de la depresión

Las manifestaciones clínicas de la depresión pueden abarcar una muy amplia sintomatología: desde las típicas manifestaciones de tristeza, pérdida de la autoestima, melancolía, llanto fácil, falta de apetito, insomnio, falta de concentración, etc., hasta manifestaciones contradictorias de hipomanía o excitabilidad extrema o manifestaciones físicas generalmente relacionadas con dolores físicos, cefaleas, gastralgias, aerofagia o cambios en el hábito deposicional.

De todos modos, los síntomas que con mayor frecuencia se presentan son los síntomas «negativos»: falta de autoestima, falta de estímulos, falta de apetito y de sueño, cansancio en especial matutino, melancolía, etc. La persona con depresión habitualmente tiende a aislarse, quedarse en casa o en la cama y evitar el contacto con los demás Sin embargo, no son escasas las presentaciones atípicas de esta enfermedad, incluso a través de síntomas de aumento de la activación o inquietud y ansiedad, que pueden confundir el diagnóstico.

La ideación suicida no es muy frecuente, pero en los casos en que el paciente manifiesta ideaciones de este tipo es esencial la valoración precoz y, frecuentemente, el ingreso temporal del paciente en un centro hospitalario para su propia protección hasta que el tratamiento antidepresivo haya sido suficientemente efectivo como para eliminar esa ideación.

Diagnóstico

El diagnóstico de la depresión es clínico, a través de la entrevista, el interrogatorio y la exploración clínica del paciente. Existen unos criterios diagnósticos de la enfermedad depresiva en el Manual Diagnóstico y Estadístico de las enfermedades mentales, existen también test y cuestionarios específicos para el diagnóstico y el manejo de la depresión y para el control de la evolución de la enfermedad. Sin embargo, ninguno de estos instrumentos puede sustituir a la entrevista clínica como elemento indispensable en el diagnóstico de la depresión.

Tratamiento

El tratamiento de la enfermedad depresiva suele requerir de un abordaje mixto farmacológico y psicoterapéutico:

  • Farmacológico: muchos son los fármacos utilizados para revertir las alteraciones en las concentraciones de neurotransmisores cerebrales que suceden en la depresión. Cada grupo de fármacos y cada fármaco concreto están indicados para el tratamiento de la depresión, y la elección del fármaco concreto será decidida por el médico según las manifestaciones clínicas y la gravedad de cada paciente en concreto. El tratamiento de la depresión debe ser siempre individualizado y realizado bajo seguimiento estricto del médico al cargo. En algunos casos, y para evitar recaídas, el tratamiento puede seguir prescrito durante años aun con el paciente sin manifestaciones depresivas.
  • Psicoterapia: en muchos casos la psicoterapia es efectiva para la mejora sintomática de las manifestaciones depresivas. En casos de depresión por factores externos, puede utilizarse la psicoterapia como único tratamiento, reservando la terapia farmacológica para los casos en que la psicoterapia no sea suficiente.

Medidas preventivas

El mantenimiento de una buena red social y familiar, la evitación de factores económicos o laborales adversos y, en general, la buena adaptación al medio ambiente que rodea a las personas, suelen ser factores que protegen de la depresión al eliminar, compensar o minimizar los factores externos que pueden conducir a la enfermedad depresiva. También es de importancia la detección precoz del cuadro depresivo, con la instauración precoz de tratamiento específico. Con ello, los cuadros depresivos son menos duraderos en el tiempo y su manejo y curación se consiguen en un menor período de tiempo, con lo que los pacientes disminuyen su sufrimiento.