En la tercera edad son muy frecuentes los problemas relacionados con el aparato digestivo, bien por la evolución de problemas preexistentes, bien por los cambios que el tubo digestivo va sufriendo con el paso del tiempo. Concretamente, los problemas hepáticos en los ancianos son el resultado de enfermedades crónicas. Por ejemplo, a la cirrosis se llega por una hepatitis crónica activa o por ingestas prolongadas en el tiempo de tóxicos como el alcohol.

Estos problemas hepáticos van a complicar enfermedades coexistentes como la diabetes, o la insuficiencia renal o cardíaca, y también se deben tener en cuenta para el efecto y la metabolización de múltiples fármacos.

 

 

Consejos para disminuir los problemas hepáticos

Las personas que sufran problemas hepáticos deberán seguir una dieta especial para la proteger al hígado. En general, no hay una dieta concreta o unas limitaciones estrictas para evitar estos problemas, a excepción de la supresión absoluta del consumo de alcohol. Sin embargo, es importante adoptar una alimentación completa y equilibrada, tanto en calorías como en nutrientes (proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas).

Restricción de proteínas

En casos más extremos, como la insuficiencia hepática o la cirrosis, es necesario realizar una restricción de la ingesta de proteínas para evitar el desarrollo de encefalopatía hepática (un trastorno en el que el hígado no es capaz de “depurar” los productos de la metabolización de las proteínas, y que se manifiesta con confusión mental). En este sentido, se debe evitar las carnes rojas y conseguir la mayoría de proteínas de la ingesta de carnes y pescados blancos, y de la clara de huevo, quedando a criterio médico las cantidades recomendadas.

Retención de líquidos

Una complicación relativamente frecuente en la cirrosis es la retención de líquidos. Esta retención puede llegar a causar edemas e hinchazón en las piernas y el abdomen (ascitis). En estos casos, se recomienda la restricción relativa o absoluta de sodio (sal común y productos salados caseros y, sobretodo, industriales) y la limitación de la ingesta de líquidos. Se puede sustituir la sal por pequeñas cantidades de pimienta o hierbas aromáticas. Debe ser el médico el que decide cómo de estricta ha de ser la restricción de sal y líquidos en los pacientes con edemas y ascitis.

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LO QUE DEBES SABER…
  • Los problemas hepáticos en los ancianos son el resultado de enfermedades crónicas.
  • La dieta no es restrictiva, debe ser completa y equilibrada. Únicamente se prohibirá el consumo de alcohol.
  • En caso de insuficiencia hepática o cirrosis, debe limitarse la ingesta de proteínas por lo que se evitará la carne roja en detrimento de la carne y el pescado blanco, y la clara de huevo.