Hay que diferenciar la disfunción eréctil de otras patologías asociadas a las relaciones sexuales con la anorgasmia, pérdida de líbido, etc.

Como se ha visto en el anterior apartado la erección depende de múltiples factores. Cualquier alteración en uno de estos factores puede conducir a la disfunción eréctil. Básicamente se distinguen dos tipos:

  • La disfunción eréctil de origen psicógeno.
  • La disfunción eréctil de origen orgánico.

En el origen psicógeno no hay ninguna alteración en las funciones de la erección pero el sistema nervioso bloquea alguno de los pasos debido a ansiedad, stress, depresión, mala relación con la pareja, etc.

En el origen orgánico si que hay alguna alteración a nivel hormonal, neurógeno o vascular y secundariamente puede haber un trastorno psicógeno asociado por no poder conseguir erecciones. La principal causa es la alteración del sistema vascular, impidiendo la correcta llegada o retención de sangre en el pene. Las enfermedades cardíacas, la hipertensión y la diabetes están claramente asociadas a la disfunción eréctil orgánica.

Mención a parte son las causas de origen quirúrgico. Pacientes operados de próstata, vejiga o recto pueden tener dañados los nervios implicados en la erección y tener disfunción eréctil debido a ello.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa inicialmente en una correcta historia clínica y exploración física, haciendo hincapié en los antecedentes patológicos médicos y quirúrgicos así como preguntas relacionadas con la salud mental y relaciones de pareja. Posteriormente se pueden realizar análisis de sangre y pruebas de funcionalismo peneano mediante la inyección directamente sobre el pene de sustancias vasodilatadores para conseguir una erección. Dicha prueba puede ir acompañada de una ecografía peneana durante la inyección.

Cuando existen dudas diagnósticas sobre el origen, se puede realizar un estudio que registra las erecciones durante la noche. Si existen erecciones de buena calidad durante la noche, difícilmente existen problemas orgánicos.

Tratamiento

El tratamiento de la disfunción eréctil ha cambiado mucho los últimos años debido a la llegada de fármacos que se administran vía oral con muy buena eficacia. Su acción principal se basa en una inhibición enzimática que produce una potente vasodilatación permitiendo una mejor llegada de sangre al pene. El primero en comercializarse fue Viagra® y posteriormente Levitra® y Cialis® que han mejorado el tiempo de acción del fármaco. Los pacientes con antecedentes de cardiopatía isquémica en tratamiento con nitratos no pueden tomar dichos medicamentos.

La alternativa terapéutica es más agresiva por que se basa en la inyección directa al pene de sustancias vasodilatadores (prostaglandinas, papaverina, fentolamina), con buena eficacia. Requiere de un aprendizaje previo para su inyección en el lugar correcto.

Existen dispositivos de vacío (vaccum) que permiten conseguir una erección no de tan buena calidad, colocando un anillo constrictor en la base del pene que retiene la sangre, impidiendo el retorno venoso y perpetuando la erección.

La alternativa quirúrgica se reserva a casos seleccionados, mediante la colocación de una prótesis peneana. Las prótesis se colocan dentro de los cuerpos cavernosos. Dicha prótesis puede ser rígida (lo que mantiene el pene en erección constante) o con un mecanismo de bombeo que la convierte en rígida cuando se activa.

Algunos pacientes con déficits vasculares muy particulares pueden beneficiarse de cirugías de reconstrucción vascular.