La alimentación como acto consciente debe aportar los nutrientes necesarios propios de cada etapa y así lograr que el crecimiento y desarrollo tanto físico como mental se produzca de forma adecuada. La elección de los alimentos debe ser correcta para adquirir unos buenos hábitos. Éstos forman lo que se denomina el comportamiento alimentario y, de ellos dependerá el estado de salud de cada persona.

Entorno a la alimentación existen muchos factores que influyen en la elección de los alimentos.

Estas connotaciones pueden ser afectivas, religiosas, de identificación social…
Estrategias Para lograr unos buenos hábitos

Implicar a los niños

  • A la mayoría de los niños les gusta participar en la elección, compra y cocinado de los alimentos.
  • Elaborar juntos los menús familiares resulta un gran aprendizaje para el niño.
  • Se puede enseñar de forma didáctica y divertida. Desde la compra en el mercado se puede ayudar al niño a conocer los alimentos naturales.
  • En la cocina puede participar en la elaboración del plato.
  • Se debe educar al niño para que aprenda a responsabilizarse sobre los alimentos que come.

Dar un buen ejemplo

La mejor manera de estimular al niño a comer saludablemente es dándole ejemplo. Los niños imitan a los adultos que ven diariamente. El mensaje que se envía a los niños sobre alimentación dependerá de las conductas alimentarias de sus padres. Los hábitos son conductas que se aprenden, por lo tanto, los padres se deben esforzar a mantener una alimentación saludable.

  • Comer variedad de alimentos y utilizar formas de cocción saludable tipo plancha, horno, papillote, vapor, hervido, guisado y no abusar de fritos o rebozados.
  • Preparar platos con una presentación atractiva. Se recomienda variedad de color para mejor aceptación.
  • Limitar el consumo de comidas rápidas o platos precocinados y consumir alimentos frescos.
  • Limitar el tamaño de las porciones y evitar comer demasiado. Es importante desde niños enseñar a regular la saciedad y evitar el picotear.
  • Mantener una actitud positiva frente la comida y evitar sentimientos negativos promovidos por modas como la estética del cuerpo perfecto.
  • No sobornar o recompensar a los niños con comida. Evitar usar el postre como recompensa por haber comido la comida.

Incluir en el menú alimentos variados

Para lograr una alimentación completa se debe consumir alimentos de todos los grupos básicos (lácteos, cereales y farináceos, fruta, fruta seca, verdura, legumbre, carne, pescado, huevo, aceite de oliva, etc.).

La comida familiar ofrece la oportunidad de conocer alimentos nuevos y los gustos individuales con sus preferencias y aversiones.

En un menú familiar se debe potenciar:

  • La fruta fresca como postre y como complemento en desayuno y merienda.
  • El consumo de verdura y hortalizas como primer plato o como guarnición del segundo plato.
  • El consumo de legumbre y fruta seca. La fruta seca es una alternativa muy nutritiva ideal a los caramelos o gominolas.
  • El consumo de lácteos en forma de leche, yogur y queso. Se debe reducir como postre habitual en las comidas las cremas de chocolates y mousses.
  • El consumo de pescado.
  • El consumo de pan en todas las ingestas. Se debe dar prioridad al bocadillo frente a la bollería y pastelería ya que es un alimento muy completo y nutritivo.
  • Utilizar aceite de oliva virgen.
  • El consumo de agua como bebida en las ingestas principales. Los zumos de fruta y el agua se deben potenciar y son la alternativa ideal frente a las bebidas refrescantes y azucaradas tipo colas, limonadas y naranjadas.

Respetar un horario para las comidas

Repartir las ingestas a lo largo del día entre 5 ó 6 tomas ayuda a equilibrar la alimentación y evita el picotear o realizar ingestas muy abundantes. Se recomienda: un primer desayuno en casa, un segundo desayuno en la escuela, comer, merendar, cenar y a veces consumir un lácteo antes de irse a dormir.
Un patrón alimentario saludable en el niño

Se debe mantener una alimentación variada repartiendo los distintos grupos de alimentos en las ingestas diarias.

Desayuno:

  • El desayuno es la primera ingesta del día. Desayunar correctamente ayuda a distribuir la energía a lo largo del día y mejora el rendimiento intelectual y físico.
  • El desayuno en los niños se puede repartir en dos tomas; una primera en casa y otra a media mañana en la escuela. Un desayuno completo debe estar compuesto:
  • Lácteos: leche, queso o yogur
  • Farináceos: pan, tostadas, cereales, galletas tipo maría
  • Fruta: fresca (entera, troceada o en zumo)
  • También se puede utilizar alimentos proteicos como (jamón york, serrano, atún).

A media mañana se debe consumir un farináceo (pan, galletas, cereales) y un lácteo (yogur o queso).

Comida:

  • La comida es la ingesta del día con mayor variedad de alimentos
  • Farináceos: pasta, arroz, patatas y legumbres, Verduras y hortalizas
  • Alimentos proteicos: carne, huevo, aves y pescado
  • Fruta y/o lácteos

Merienda:

  • Se recomienda farináceos (galletas, pan), lácteos (yogur, leche o queso) y/o fruta (entera o en zumo natural).

Cena:

  • Deben estar presentes los mismos grupos básicos de alimentos que en la comida pero la cena debe ser más ligera y con preparaciones de fácil digestión.