Oncocercosis o ceguera de río, ¿qué es?

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La oncocercosis, o ceguera de los ríos, es una enfermedad parasitaria causada por un gusano, el nematodo filárico (filaria) Onchocerca volvulus, transmitida por la picadura repetida de moscas negras del género Simulium que crían en ríos y corrientes rápidas.
Al picar, la mosca que actúa como vector o transmisor de la enfermedad introduce larvas del parásito en la piel. Las larvas maduran a adultos (macrofilarias) en nódulos subcutáneos (“oncocercomas”), y generan microfilarias (larvas microscópicas).
Es una enfermedad que afecta principalmente a la piel y a los ojos y es una de las principales causas de ceguera prevenible en el mundo rural en zonas endémicas.
Epidemiología
Es endémica principalmente en África subsahariana y, en menor grado, en América Latina y Yemen. A pesar de haber sido erradicada en Colombia, Ecuador, Guatemala y México, la transmisión de la oncocercosis continúa en una pequeña zona fronteriza entre Brasil y Venezuela, particularmente en la zona de la selva amazónica.
Afecta más a hombres que a mujeres especialmente de entre 20 y 30 años dado que son las personas que por su trabajo (granjeros, pescadores) están más expuestas a las picaduras de la mosca negra.
Manifestaciones clínicas
Se producen tanto por la invasión de las microfilarias como por la respuesta inflamatoria contra microfilarias muertas y sus endosimbiontes Wolbachia. Los endosimbiontes Wolbachia son bacterias que viven dentro de las células del parásito. Cuando las microfilarias de O. volvulus mueren, liberan Wolbachia en los tejidos humanos. Esto provoca una fuerte respuesta inflamatoria del sistema inmune, que es responsable de gran parte del daño en piel y ojos.
Las manifestaciones clínicas suelen desarrollarse de 1 a 3 años después de la picadura y consisten en:
- Picazón intensa y lesiones cutáneas (dermatitis papular aguda o crónica, placas liquenificadas), nódulos subcutáneos (en cuello, cabeza, rodillas, zona pélvica) y engrosamiento, atrofia o despigmentación o hiperpigmentación de la piel («piel de leopardo»). Como consecuencia de la enfermedad cutánea por oncocercosis, puede desarrollarse un aumento en el tamaño de los ganglios linfáticos, con mayor frecuencia en la región inguinal y en la región mamaria, lo que finalmente puede conducir a elefantiasis genital.
- Daño ocular progresivo que puede llegar a la ceguera. Puede producir daño en la córnea (queratitis punteada o esclerosante), en la retina, en el nervio óptico o uveítis (inflamación de la úvea, que es la capa media del ojo situada entre la retina y la esclerótica).
- Síntomas neurológicos: epilepsia asociada a oncocercosis. La infección por Onchocerca volvulus podría estar relacionada también con el síndrome de Nodding y Nakalanga que afectan principalmente a niños en comunidades pobres de África. El síndrome de Nodding es un trastorno neurológico caracterizado por episodios de ca
beceo involuntario, convulsiones, retraso del desarrollo y desnutrición; el síndrome de Nakalanga se manifiesta con baja estatura, desarrollo sexual incompleto, epilepsia y deterioro mental.
- En los análisis de sangre suele observarse eosinofilia (un aumento de los eosinófilos, un tipo de leucocitos).
Diagnóstico
Pruebas serológicas para la detección de anticuerpos contra la infección por ELISA (“Enzyme-linked Immunoabsorbent Assay”).
El multi-antigen LIPS assay (del inglés “Luciferase Immunoprecipitation Systems”) es una prueba inmunológica basada en la detección rápida de anticuerpos contra varios antígenos recombinantes de Onchocerca volvulus,
Prueba de PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) y LAMP (Amplificación Isotérmica Mediada por Bucles) para detección de ADN parasitario.
El examen ocular con lámpara de hendidura permite la detección de microfilarias en el ojo y de la inflamación asociada. Las filarias también pueden detectarse en la piel a través de biopsias cutáneas (método invasivo y poco sensible en zonas hipoendémicas).
Si has viajado a alguna de las zonas comentadas anteriormente y has identificado alguno de estos síntomas, los Seguros de Salud MAPFRE cuentan con Asistencia médica para poder tratar y diagnosticar cualquier dolencia.
Tratamiento y manejo
Siempre bajo supervisión médica:
Ivermectina
- La ivermectina mata principalmente las microfilarias (las larvas) y no elimina los gusanos adultos.
- Es el fármaco de elección y se administra por vía oral. Se administra periódicamente, cada 6-12 meses en programas de control masivo. Debe continuarse hasta que la transmisión se interrumpa, lo que suele requerir 10–15 años debido a la larga vida de los gusanos adultos.
- Contraindicada en mujeres embarazadas y en niños menores de 5 años o con un peso < 15 kg; debe administrarse con precaución en periodo de lactancia.
- Antes de administrar ivermectina, es necesario evaluar a los pacientes para descartar coinfección con Loa loa, otro parásito filarial, ya que en personas infectadas. este tratamiento puede causar reacciones neurológicas graves y potencialmente mortales. Para reducir este riesgo, en áreas endémicas se ha implementado la estrategia “test-and-treat” (probar y tratar) mediante el uso del LoaScope, un microscopio conectado a un teléfono inteligente que permite identificar rápidamente a pacientes infectados por Loa Loa.
Moxidectina
- Microfilaricida de acción más prolongada, potencialmente superior a ivermectina,
- Se administra en una dosis única.
- No utilizar en caso de embarazo o lactancia o en niños pequeños.
- Puede producir las mismas complicaciones graves que la ivermectina en pacientes infectados también por Loa Loa.
Doxiciclina
- Actúa contra la Wolbachia, con efecto macrofilaricida parcial y reduciendo la fertilidad de los nematodos.
- Administración oral. Limitada para programas masivos por la duración del tratamiento (4–6 semanas) y contraindicaciones.
- Puede administrase combinada con ivermectina.
- Contraindicada en niños pequeños y mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
Fármacos en desarrollo
- Fármacos anti-Wolbachia (flubentilosina, azaquinazolina)
- Se investiga una vacuna con antígenos candidatos como Ov-103, Ov-RAL-2 y Ov-CPI-2M.
Cirugía de los nódulos
- Reduce la carga de parásitos adultos y microfilarias; mejora los síntomas cutáneos.
Pese a los avances, la oncocercosis sigue siendo un problema de salud pública y de desarrollo.
La erradicación de la enfermedad requiere de enfoques integrados, de la innovación diagnóstica y terapéutica y de la aplicación de estrategias adaptadas a la ecología y a las coinfecciones locales.
Los programas de erradicación se basan en:
- Control del vector (mosca negra, Simulium) a través de la fumigación aérea o terrestre y el control larvario en ríos.
- Tratamiento masivo dirigido a la comunidad con administración periódica de ivermectina. En 2023 fue necesario dispensar tratamiento preventivo contra la oncocercosis a por lo menos 249 millones de personas.
- Educación sobre la enfermedad y la importancia de tomar el tratamiento regularmente motivando a la comunidad para participar en programas de tratamiento y medidas de protección contra picaduras (uso de ropa protectora, mosquiteros, repelentes).
- Vigilancia epidemiológica.
Lo que debes saber…
- La oncocercosis es una enfermedad parasitaria transmitida por la picadura de moscas negras que afecta principalmente la piel y los ojos, siendo una causa importante de ceguera prevenible en zonas endémicas, especialmente en África Subsahariana.
- El diagnóstico se basa en pruebas serológicas, moleculares y clínicas, y el tratamiento principal es la ivermectina administrada periódicamente para controlar la infección, junto con otras opciones como moxidectina y doxiciclina.
- La erradicación de la oncocercosis requiere un enfoque integral que incluya el control del vector, el tratamiento masivo comunitario, la educación sanitaria y la vigilancia epidemiológica para reducir la transmisión y el impacto de la enfermedad.
Bibliografía
- Frallonardo, L., Di Gennaro, F., Panico, G. G., et al., 2022. Onchocerciasis: Current knowledge and future goals. Frontiers in Tropical Diseases, 3, p.986884.
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