Cuando hablamos de trastornos del estado de ánimo es necesario diferenciar dónde se encuentra la línea entre lo patológico y lo normal.

Diferencia entre alegría y tristeza

Normalmente las personas vivimos bajo un estado de ánimo equilibrado y en armonía, lo que los teóricos han llamado eutimia. La eutimia es un estado de ánimo en el que predomina una cierta estabilidad, pero con sus subidas y bajadas. Es lo que denominamos alegría y tristeza:

  • Cuando se produce una subida en nuestro estado de ánimo lo denominamos alegría o euforia. Pero cuando la euforia se vuelve patológica la llamamos manía.
  • En cambio, cuando se producen bajas en nuestro estado de ánimo lo denominamos tristeza. Esta tristeza puede convertirse en depresión cuando se alarga en el tiempo o se vuelve patológica, produciendo en la persona desánimo y desconsuelo. La tristeza crónica invade su mundo interno boicoteando en mayor o menor medida diferentes áreas de su vida y de su personalidad.

A continuación, nos centraremos en la depresión o bajadas del estado de ánimo y en sus efectos sobre las personas:

Tener depresión

El grado de depresión es difícil de medir. Si bien existen elementos que la describen y que pueden ayudar a clasificar el tipo de depresión, no deja de ser algo subjetivo. Al contrario que en otras enfermedades donde se puede recurrir a pruebas para obtener resultados fiables y objetivos.
Un dato muy importante es que la depresión no afecta igual a todas las personas. Cada individuo manifiesta unos síntomas depresivos que deben ser examinados de forma particular junto con otros aspectos de la personalidad y vida personal del paciente. No obstante, si quieres descubrir consejos para gestionar tus emociones te interesa leer este artículo de Marian Rojas, Psiquiatra Licenciada en Medicina y cirugía.

Las vidas idílicas que mostramos en las redes sociales

Hace poco, leí el caso de una famosa presentadora americana de televisión que había pedido a sus seguidores que le enviaran una foto que hubieran colgado en sus redes sociales en la que se les viera felices a pesar de estar pasando una mala época. La presentadora se sorprendió ante la avalancha de casos recibidos. En algunos casos, la diferencia entre lo que se quería mostrar y lo que realmente se vivía era muy distinta.
El hecho de querer dar una imagen, ya sea en redes sociales o fuera de ellas, contraria a lo que realmente uno siente puede tener un carácter defensivo. Uno puede decidir no admitirse la tristeza en la que está sumido porque considera (conscientemente o no) que adoptando la actitud contraria esta se irá, o bien se siente culpable por sentir tristeza, o porque ha leído un libro que le ha dicho que su felicidad depende solo de ella y se siente responsable.

4 Formas de afrontarla

El hecho de que la depresión sea una vivencia subjetiva significa que cada individuo se relaciona con ella de una forma distinta.

  • Hay quien pedirá ayuda enseguida.
  • Hay quien decide no hablar sobre ello y vivir con ese sentimiento, quizá por pudor o miedo a que lo estigmaticen.
  • Hay personas que niegan tener una depresión y se esfuerzan por disimularlo, adoptando una actitud contraria a sus sentimientos.
  • Hay quien no es consciente de tener una depresión porque existen otros síntomas de índole más sintomática que enmascaren la depresión.

Consecuencias de no aceptar una depresión

Cuando uno tiene un sentimiento crónico de tristeza que perdura a lo largo de meses, el coste de normalizarlo o disimularlo puede ser muy alto.

  • En primer lugar, consideramos que es muy importante mantenerse alerta a los mensajes que uno recibe de una sociedad que vende constantemente recetas para alcanzar fácil y rápidamente la felicidad. Es importante ser muy crítico con dichos mensajes y tener en cuenta que la felicidad pasa por poder alcanzar un cierto grado de equilibrio y de ausencia de conflicto. Para eso es importante conocerse a sí mismo en profundidad, no sólo en el sentido intelectual “yo soy así o asá” sino también en un sentido experiencial, es decir, familiarizándose con la propia forma de sentir, de hablarse a uno mismo, de relacionarse con los demás, entendiendo por qué uno se ve a sí mismo como se ve, entendiendo como uno percibe a los demás y al mundo y por qué, etc…
  • En segundo lugar, es importante tener claro que no siempre la voluntad lo puede todo, a veces hay fuerzas internas: conflictos, fantasías inconscientes, dificultades para modular las emociones… que se sobreponen a nuestra voluntad y dinamitan nuestra evolución vital. En esos casos es importante pedir ayuda. Buscar un buen psicoterapeuta, bien formado, capaz de entender la idiosincrasia de nuestra vivencia y acompañarnos en un proceso psicoterapéutico que nos ayude armonizar los aspectos de nosotros mismos que están en conflicto.

Lo que debes saber…

  • Cuando uno tiene un sentimiento crónico de tristeza que perdura a lo largo de meses, el coste de normalizarlo o disimularlo puede ser muy alto.
  • El hecho de querer dar una imagen, ya sea en redes sociales o fuera de ellas, contraria a lo que realmente uno siente puede tener un carácter defensivo.
  • Es muy importante mantenerse alerta a los mensajes que uno recibe de una sociedad que vende constantemente recetas para alcanzar fácil y rápidamente la felicidad.