Síndrome del intestino corto, ¿en qué consiste?

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El Síndrome de Intestino Corto (SIC) es un problema médico debido a una reducción de la superficie de absorción intestinal secundario a una resección quirúrgica, un defecto congénito o una pérdida de absorción relacionada con una enfermedad.
En adultos, suele producirse a consecuencia de una resección quirúrgica por enfermedad de Crohn, tumores, radiación o isquemia mesentérica, mientras que, en niños, suele producirse por una enfermedad congénita a nivel del intestino delgado.
Como consecuencia, el intestino ya no puede ejercer sus funciones habituales como la absorción de nutrientes, agua y electrolitos con eficacia. Debido a esta malabsorción, se producen una serie de complicaciones como desnutrición, deshidratación, déficit de electrolitos, vitaminas y oligoelementos y pérdida de peso.
Causas y factores de riesgo
Las causas principales incluyen:
- Resecciones (seccionar) quirúrgicas extensas del intestino delgado, por ejemplo, por enfermedades como Crohn, isquemia, necrosis intestinal, traumatismos, tumores.
- Congénito: algunas personas nacen con menor intestino funcional.
- Alteraciones funcionales del intestino residual tras una resección, como sobrecrecimiento bacteriano, motilidad intestinal alterada.
Factores que influyen en la gravedad:
- Longitud del intestino remanente tras la resección (a mayor resección, mayor gravedad).
- Presencia o no del colon en continuidad.
- Conservación de la válvula ileocecal.
- Capacidad adaptativa del intestino remanente (adaptación estructural y funcional).
- Paciente: edad, estado nutricional previo y si tiene otras enfermedades.
- Apoyo médico-nutricional y acceso a programas de rehabilitación intestinal (Intestinal Rehabilitation Programs, IRP).

¿Qué síntomas y complicaciones pueden aparecer?
La gravedad del trastorno puede variar mucho con cuadros de mayor o menor repercusión. En el intestino se producen cambios adaptativos para aumentar la absorción de nutrientes.
Los pacientes pueden presentar:
- Diarrea persistente, deposiciones frecuentes voluminosas, heces grasas (esteatorrea).
- Pérdida de peso, desnutrición y deficiencias de vitaminas y minerales (por ejemplo, de vitamina B12 y vitaminas liposolubles, hierro…), liposolubles).
- Desequilibrio de electrolitos, deshidratación.
- En niños, puede afectar el desarrollo y el crecimiento.
- Repercusión e impacto importates sobre la calidad de vida (por hospitalizaciones, dependencia de nutrición parenteral…).
Cuando la pérdida funcional o estructural del intestino alcanza un nivel que impide que la persona mantenga la nutrición o hidratación vía enteral (por boca), se considera que hay insuficiencia intestinal.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la historia clínica detallada que permite conocer las causas: resecciones previas, etc. Se debe hacer una valoración del paciente que incluye:
- Evaluaciones nutricionales: pérdida de peso, composición corporal, fuerza muscular, marcadores de malabsorción.
- Analítica: electrolitos, perfil vitamínico/minerales, albúmina, etc.
- Evaluaciones funcionales: volumen de salida intestinal, tránsito, balance de líquidos y electrolitos, tolerancia enteral.
- Pruebas de imagen como estudios de tránsito intestinal.
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Tratamiento actual
El abordaje de este trastorno es multidisciplinar (gastroenterólogo, cirujano digestivo, nutricionista, endocrino, etc.). Las estrategias incluyen:
Soporte nutricional
- Nutrición parenteral (PN), es decir, endovenosa. cuando la absorción enteral no es suficiente. Esto puede ser temporal o de más largo plazo.
- Uso gradual de nutrición enteral (por boca) para promover adaptación intestinal.
- Control del balance de líquidos y electrolitos.
Dieta y tratamiento farmacológico
- Dieta ajustada al paciente: mayor cantidad de calorías y proteínas, fraccionamiento de las comidas, uso de fórmulas especiales nutricionales cuando corresponda.
- Medicamentos para retrasar el tránsito intestinal, reducir el volumen de deposiciones.
- Uso de análogos de GLP-2 como la teduglutida para promover la adaptación intestinal.
Tratamientos quirúrgicos
- Procedimientos de alargamiento de intestino residual u operaciones similares que aumenten la longitud funcional y mejoren absorción.
- Reconstrucción anatómica si es posible.
- En casos extremos, trasplante intestinal o cirugía combinada con trasplante si hay falla intestinal grave, complicaciones de la PN, etc.
Prevención de complicaciones y seguimiento
Algunas complicaciones frecuentes son:
- Infecciones relacionadas con los catéteres de nutrición parenteral. Prevención mediante limpieza rigurosa y manejo experto.
- Enfermedad hepática asociada a la nutrición parenteral crónica (colestasis, esteatosis, fibrosis). Se ha de monitorizar la función hepática, ajustar la composición nutricional y minimizar la dependencia a la nutrición parenteral.
- Sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado. Por ello es importante el diagnóstico precoz e indicar antibióticos cuando se requiera.
- Alteraciones metabólicas: desequilibrios electrolíticos, cálculos renales, osteoporosis. Es importante un seguimiento estrecho por el equipo médico.
- Monitorización y atención al crecimiento-desarrollo en niños, soporte psicológico y prevención de la desnutrición.
Lo que debes saber…
- El síndrome de intestino corto se produce por una pérdida significativa de la superficie intestinal funcional, lo que impide una adecuada absorción de nutrientes, agua y electrolitos.
- Sus causas incluyen resecciones quirúrgicas, defectos congénitos y alteraciones funcionales del intestino restante, con síntomas como diarrea, desnutrición y deshidratación.
- El tratamiento es multidisciplinar e incluye soporte nutricional, dieta, fármacos, posibles cirugías y seguimiento para prevenir complicaciones como infecciones, enfermedad hepática o deficiencias nutricionales.





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