¿Qué es una corona dental?

La corona dental es la parte del diente que es visible cuando abrimos la boca. Las coronas dentales se utilizan para comer (con ellas masticamos los alimentos), por ello, es indispensable que la corona dental sea fuerte y dura.

Podemos decir que hay dos “tipos” de coronas dentales:

  • Las naturales, es decir, las que tenemos de forma natural como parte de nuestros dientes al nacer y, después, cuando se caen los dientes de leche y tenemos los definitivos
  • Las artificiales, que son las que el dentista nos coloca. La corona dental (artificial) es una funda fija (no se mueve) en forma de diente que se coloca, bien sobre un diente natural, o bien sobre un implante dental previo. Esta funda cubre toda la superficie visible del diente y se comporta como una corona natural, cumpliendo todas las funciones de estética y masticación que la persona necesita. La corona dental también la conocemos como funda dental.

¿En qué situaciones se debe colocar una corona dental?

Las coronas dentales están indicadas para aquellas personas que presentan problemas en algunas de sus piezas dentales, donde hay múltiples superficies defectuosas o fragmentadas, por ejemplo, a causa de fracturas o de caries dental. Hay que decir que es un tratamiento dental que se utiliza tanto para fines estéticos como funcionales (masticación de los alimentos).

Así, las coronas dentales se utilizan en cuatro situaciones:

  1. Reforzar un diente deteriorado porque haya sufrido un fuerte traumatismo (con rotura de la pieza dental), porque esté afectado por una caries (y esté astillado o roto), porque tenga alguna enfermedad que destruya el esmalte, o porque haya perdido mucha superficie debido a una endodoncia.
  2. Soportar un puente dental: Si se va a colocar un puente dental es importante que los dientes adyacentes (los que podemos llamar “pilares”) ofrezcan una buena sujeción. Así, si falta uno de estos dientes pilares, se puede colocar una corona. De esta forma, los pilares podrán aguantar la carga que supone la masticación y mantener anclada toda la prótesis dental.
  3. Poner un implante dental: Si falta un diente y se coloca un implante, sobre este implante se colocará una corona dental.
  4. Motivos estéticos: Es posible colocar una corona por motivos meramente estéticos, porque la forma, el color o la posición de los dientes no sea la que más nos guste. En ocasiones, es posible que el uso de carillas dentales cambie el aspecto de los dientes y no haya que recurrir a colocar una corona dental.

Es preciso indicar que uno de los factores que pueden llegar a impedir que una persona no sea apta para una corona dental es tener una oclusión desalineada de los dos maxilares (el superior y el inferior). Esto puede provocar que la corona sufra daños o fracturas una vez colocada.

¿Cuál es el procedimiento de colocación de la corona?

La corona dental es un tipo de prótesis fija, es decir, no se puede ir poniendo y quitando a voluntad, y es de carácter unitario, es decir, es una corona para un diente.

La colocación de la corona en el diente es un tratamiento mínimamente invasivo: no hay que quitar todo el diente o parte de él, como se hacía hace muchos años. Resumidamente, el proceso de colocación de una corona sobre un diente natural consiste en varios pasos en la consulta del dentista:

  • En el primer paso hay que “tallar” el diente natural sobre la que se quiere colocar la corona. Para ello se hace una infiltración con anestesia local: se adormecen los dientes que se encuentran alrededor del diente que llevará la corona. Una vez el diente está adormecido, se procederá a efectuar una limpieza de dicho diente, en la que se extraen las caries o las restauraciones antiguas que se hayan hecho al diente, etc. Y ya es entonces que se talla el diente. La talla consiste en rebajar la superficie del diente dañado hasta 2 milímetros, tanto en altura como en grosor, hasta obtener una forma cónica. Es necesario reducir el diente natural para evitar que, una vez se haya colocado la funda o corona, la pieza dental no quede excesivamente gruesa.
  • Segundo paso: es tomar el molde para “construir” la corona dental definitiva. Entretanto se construye la corona definitiva, el dentista coloca una corona temporal en el diente.
  • El último paso, una vez el dentista ya tiene la corona dental definitiva, hará las verificaciones correspondientes para comprobar que todo esté correctamente hecho y ajustado. Entonces reemplazará la corona temporal por la definitiva; para ello se “pega” la corona con un cemento sobre el diente natural “tallado”.

En el caso de que la corona se coloque sobre un implante dental previo, hay que esperar por un periodo de 3 a 6 meses a que termine la cicatrización del implante dental para poder trabajar sobre él y colocar la corona. Con el fin de comprobar que todo esté perfectamente bien, se hacen radiografías antes de la colocación de la corona, la cual no se cementa, sino que se atornilla al implante.

En ambos casos (sobre diente natural o sobre un implante dental), el resultado final imitará el aspecto del diente natural y se podrán realizar con absoluta normalidad las acciones habituales, como sonreír o masticar.

Tipos de coronas dentales

La funda o corona dental puede ser hecha con diferentes tipos de materiales. En todos los casos la finalidad es la de proteger el diente dañado, ser capaces de soportar el proceso de masticación (sobre todo en los dientes premolares y molares) al tiempo que imitar la forma y color de la dentadura natural del individuo. Los materiales que se usan para hacer coronas son altamente resistentes al tiempo y el uso. Dependiendo de las necesidades de la persona, el dentista recomendará un tipo específico de material.

Así, distinguimos varios tipos de coronas dentales según el material con el que estén fabricadas:

Coronas de metal

Se trata de una corona completamente hecha de metal. El metal puede ser oro, platino, paladio, níquel o cromo. Aunque son de larga duración, hoy en día no suelen utilizarse. Las coronas de metal se utilizan en casos donde el individuo tiene bruxismo, ya que una corona de otro tipo puede fracturarse debido a la fuerza de masticación y al rechinamiento. Se utilizan sólo en los dientes posteriores ya que su color no se ve natural, y en los dientes frontales es antiestético.

Coronas de metal-cerámica

Es una combinación de dos materiales: el metal y la cerámica. El metal se coloca en la parte interior y se recubre de cerámica (parte exterior). Estas coronas se utilizan en caso de bruxismo nocturno o en el caso de puentes largos. Su principal ventaja es que son resistentes porque, gracias al metal, la corona resiste la fuerza de masticación; pero, además, la cerámica le da el aspecto más natural de un diente. Estas coronas se suelen colocar en los dientes posteriores, para evitar que se perciba el metal en caso de que la encía se retraiga con el tiempo y lo deje a la vista. Los metales utilizados generalmente son cromo-cobalto, platino, oro o titanio. Otro material que suele utilizarse es el disilicato de litio, que está hecho de vidrio y cerámica; la ventaja es que este material puede emplear en dientes anteriores y posteriores.

Coronas de circonio

Son de uso más reciente en odontología y muy utilizadas actualmente, sobre todo para los dientes anteriores ya que le da al diente una apariencia estética y muy natural. El circonio es un material muy resistente, capaz de soportar el desgaste diario provocado por la masticación, por lo que también podrían utilizarse en dientes posteriores. Pero aunque el circonio es un material muy resistente, siempre es aconsejable ser muy cuidadosos con la corona dental.

Coronas dentales de cerámica

La corona dental es totalmente de cerámica, es decir, que está libre de metal (a diferencia de otras que comentaremos después); por eso se las llama coronas totales de cerámica o de porcelana. Aunque se habla de coronas de cerámica y de porcelana indistintamente, las que se usan actualmente en Odontología son las de cerámica, que no tienen caolín en su composición; hace años se utilizaban las de porcelana, que sí tienen caolín. Las coronas de cerámica son actualmente de las más utilizadas. Suelen emplearse para restaurar la estética de los dientes anteriores ya que son las que proporcionan la mejor combinación de colores naturales; sin embargo, son más frágiles que las de otros materiales. Pero también se puede usar en los molares y premolares siempre y cuando no exista ningún problema de bruxismo (rechinar los dientes), ya que podrían llegar a fracturarse.

Coronas de acero inoxidable

Se utilizan en niños. Son la opción ideal para dientes temporales que requieren restaurar el diente, mientras se espera tener un diente permanente. También son una opción ideal cuando se quiere poner una corona temporal.

Coronas de resina

Al ser la resina un material blando, estas coronas dentales se suelen utilizar de forma temporal. Así, son ideales para proteger los dientes tallados en el periodo que transcurre entre la toma de medidas y la cementación de la corona dental definitiva.

Con excepción de las coronas de resina y las de acero inoxidable, que hemos dicho que son más o menos temporales, todas las demás son duraderas y resistentes. Generalmente y en promedio duran unos 15 o 20 años, aunque con el cuidado y la higiene bucal cuidadosos llegan a tener una vida útil más larga. Las más duraderas son las de metal, que pueden llegar a 20 ó 25 años o incluso más. La recomendación en todos los casos es que, para que la corona dental dure el mayor tiempo posible, hay que cuidarla como si se tratara de un diente natural. Es importante acudir periódicamente a una clínica dental para las revisiones pertinentes y también para que los higienistas hagan una profunda limpieza oral que prevenga cualquier afección.

¿Qué tipo de corona es la más recomendable?

Hemos visto que hay varias opciones para que cada persona pueda elegir entre un material u otro. No existe una mejor que otra y va a depender de qué diente o dientes son los que tengan que llevar corona, si la corona es un tratamiento temporal, si existe bruxismo, el coste de la corona, si el motivo es meramente estético… El dentista le puede aconsejar para tomar la mejor decisión en cada caso.

¿Qué hay que tener en cuenta tras la colocación de una corona dental?

Es importante saber que, después de colocar una corona, puede haber un periodo de adaptación y de sensibilidad tras la colocación de unos 30 días.

Asimismo, tras la colocación de la corona y con el paso del tiempo, se puede producir la recesión de las encías. Las encías pueden experimentar un proceso de encogimiento. Esto es especialmente importante en las coronas de metal-cerámica, ya que puede quedar visible la parte del cuello pegada a la raíz del diente natural y así empeorar la estética de la dentadura.

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Lo que debes saber…

  • La corona dental es un tipo de prótesis fija, es decir, no se puede ir poniendo y quitando a voluntad, y es de carácter unitario, es decir, es una corona para un diente.
  • Es importante saber que, después de colocar una corona, puede haber un periodo de adaptación y de sensibilidad tras la colocación de unos 30 días.
  • Generalmente y en promedio duran unos 15 o 20 años, aunque con el cuidado y la higiene bucal cuidadosos llegan a tener una vida útil más larga. Las más duraderas son las de metal, que pueden llegar a 20 o 25 años o incluso más.