Hongo en el pulmón: diagnóstico y tratamiento

Resumen del contenido
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Las infecciones fúngicas, o micosis, ocurren cuando una o varias especies de hongos invaden los tejidos del cuerpo humano. Estas infecciones pueden limitarse a zonas superficiales, como la piel o las mucosas, o alcanzar capas más profundas, afectando órganos internos como los pulmones. Algunos hongos son oportunistas, es decir, aprovechan un sistema inmunológico debilitado para causar infección, mientras que otros son patógenos primarios capaces de provocar enfermedad en personas sanas.
La mayoría de las micosis tienen su origen en la inhalación o el contacto con esporas fúngicas presentes en el entorno, como el aire, el suelo, materiales orgánicos en descomposición o excrementos de aves.
La presencia de factores que alteran la función del sistema inmune o ciertas condiciones del organismo favorecen el desarrollo y la proliferación de estos microorganismos.
Si bien cualquier persona puede desarrollar una infección por hongos, ciertos grupos son especialmente vulnerables, como pacientes trasplantados, personas con VIH/SIDA, quienes reciben tratamientos inmunosupresores o quimioterapia, y aquellos con enfermedades crónicas como la diabetes o patologías respiratorias.
¿Qué son las micosis pulmonares?
Se trata de infecciones del pulmón causadas por hongos. Pueden manifestarse como infecciones leves o progresar a cuadros potencialmente mortales, sobre todo en pacientes inmunodeprimidos.
Las infecciones fúngicas pulmonares representan un problema creciente en pacientes inmunocomprometidos y con enfermedades pulmonares crónicas. Estas patologías son causadas por hongos que, en condiciones normales, no suponen un riesgo, pero que en personas con defensas bajas pueden generar cuadros graves.
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Factores de Riesgo
Las infecciones fúngicas son más comunes en personas con:
- Inmunosupresión por enfermedades o tratamientos como quimioterapia, corticoides o fármacos biológicos.
- Enfermedades respiratorias crónicas como EPOC o bronquiectasias.
- Ingresos recientes en UCI, especialmente si han requerido ventilación mecánica.
- Infecciones virales previas como gripe o COVID-19.
- Diabetes descompensada, en especial en mucormicosis.
Tipos principales y características
Entre los hongos más frecuentemente implicados están Aspergillus spp., Candida spp., Cryptococcus neoformans, Pneumocystis jirovecii y las mucormicosis.
Aspergillus spp.
Puede causar formas invasivas, crónicas o reacciones alérgicas (ABPA).
Síntomas comunes: tos, fiebre, disnea, hemoptisis.
Candida spp.
Raramente infecta directamente el pulmón, suele indicar colonización en pacientes no neutropénicos.
Mucormicosis
Afecta sobre todo a pacientes con acidosis diabética y neutropenia.
Rápida progresión, alto riesgo de hemoptisis masiva.
Cryptococcus neoformans
Más frecuente en pacientes con VIH avanzado.
Puede provocar meningitis y afectar también al pulmón.
Pneumocystis jirovecii
Típica de pacientes inmunodeprimidos, VIH y trasplantados, con síntomas larvados como disnea progresiva y fiebre leve.
Micosis endémicas (Histoplasma, Coccidioides, Paracoccidioides)
Más comunes en América, raras en España, pero emergentes.
Suelen parecerse a infecciones bacterianas o tumores.
Diagnóstico
El diagnóstico se base en los síntomas, los antecedentes médicos del paciente (importante si es una persona dentro de grupo de riesgo) y las pruebas radiológicas-microbiológicas.
- Síntomas más frecuentes: fiebre, tos persistente, disnea, hemoptisis (esputos con sangre).
- Pruebas radiológicas: especialmente el TAC de tórax que da unos patrones específicos (en «halo», cavidades, consolidaciones).
- Pruebas de laboratorio
- Microbiología y serología:
- Galactomanano y beta-D-glucano para Aspergillus.
- Antígeno criptocócico en suero o LCR.
- Cultivo de hongos en muestras biológicas (biopsia, esputo, aspirado pulmonar…)
- Microbiología y serología:
En muchos casos se requiere técnicas invasivas para la obtención de muestras de pulmón/secreciones donde se identificará al hongo responsable:
- Broncoscopia con LBA indispensable en sospecha.
- Biopsia percutánea o quirúrgica para diagnóstico definitivo.
Tratamiento
El tratamiento se base en el uso de fármacos antifúngicos específicos dirigidos al hongo causante.
Infección | Fármacos de elección |
Aspergilosis invasiva | Voriconazol o Isavuconazol |
Aspergilosis crónica | Itraconazol |
Mucormicosis | Anfotericina liposomal + cirugía |
Criptococosis | Anfotericina B + flucitosina → fluconazol |
Histoplasmosis | Anfotericina B → Itraconazol |
Pneumocystis | Cotrimoxazol |
Candidiasis | Fluconazol o echinocandinas |
La duración del tratamiento siempre es larga, de semanas a meses.
Se requiere un seguimiento clínico y radiológico cada 4–6 semanas para ver la evolución y descartar la recurrencia.
Algunos tipos de hongos (como la mucormicosis) tienen una alta mortalidad. Las infecciones fúngicas pulmonares requieren diagnóstico precoz, tratamiento antifúngico dirigido y evaluación médica continua.
Lo que debes saber…
- Las infecciones fúngicas pulmonares afectan principalmente a personas con el sistema inmune debilitado o enfermedades respiratorias crónicas.
- Son causadas por hongos como Aspergillus, Cryptococcus o Pneumocystis, y pueden llegar a ser graves o mortales si no se detectan a tiempo.
- Su diagnóstico requiere pruebas específicas y el tratamiento se basa en antifúngicos prolongados y seguimiento médico estrecho.
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