¿Qué es la diarrea?

La definición de diarrea según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es la presencia de tres o más deposiciones líquidas o pastosas en 24 horas. Se puede manifestar durante el embarazo como cualquier otra patología médica, pero si adoptamos una definición no tan estricta, podemos decir que es bastante frecuente durante el primer trimestre la gestante presente deposiciones más blandas que habitualmente.

Hay distintos factores que pueden influir en este cambio:

  • Cambios anatómicos, el útero en crecimiento desplaza y comprime el intestino pudiendo modificar el tránsito intestinal
  • Cambios hormonales que afectan a la digestión y a la motilidad intestinal, incluso a la tolerancia a determinados alimentos
  • Cambios en la dieta, por un lado modificando la frecuencia, pues muchas veces la mujer sienta la necesidad de comer más a menudo y poca cantidad, y por otro lado conscientemente puede modificar los alimentos con el afán de que sean más saludables introduciendo más fruta y verdura
  • Incorporación de complejos vitamínicos, que ocasionalmente pueden tener este efecto.

Qué pasa con la diarrea en el embarazo

Si se trata de una diarrea ocasionada por el propio embarazo no suele revestir mayor gravedad, es leve y cede espontáneamente durante las primeras semanas.

El sistema digestivo de la gestante está más sensible por lo que es especialmente vulnerable a cuadros que favorecen la diarrea, gastroenteritis víricas, intoxicaciones alimentarias, y en estos casos es importante evitar la deshidratación. Con distintas medidas dietéticas podemos tratar la diarrea evitando recurrir a fármacos, si bien en casos necesarios se pueden prescribir con seguridad durante el embarazo.

Prevención

Para evitar episodios diarreicos durante el embarazo se aconseja tener especial cuidado con los alimentos que comemos crudos, que deberían estar bien lavados o pelados. Cocinar bien los alimentos, consumir los alimentos recién hechos o productos envasados recién abiertos y evitar el consumo de sobras son otras medidas que conviene adoptar. Si a pesar de nuestras precauciones se presenta un episodio diarreico, las recomendaciones son las siguientes:

  • Aumentar la ingesta líquida para reponer las pérdidas, con agua, agua con gas, infusiones o bebidas “de deportistas” ricas en minerales. Evitar los zumos de fruta, sobre todo si son ácidos y en cualquier caso bien colados.
  • Restricción de alimentos ricos en fibra, que son los que estimulan la motilidad intestinal: mayoría de frutas y verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos.
  • Incentivar los alimentos que contrariamente frenan la motilidad intestinal, como el pan tostado, el arroz, la zanahoria o manzana cocidas, el membrillo…
  • Priorizar el consumo de proteínas y las formas de cocción más sencillas: plancha, horno, al vapor o hervido evitando salsas.
  • Evitar la cafeína y teína, las comidas muy condimentadas o picantes, grasas o ácidas, el azúcar y los lácteos, reservando únicamente los que menor contenido en lactosa tienen: yogures y posiblemente queso fresco o requesón.
  • Comidas fraccionadas de pequeña cantidad y mayor frecuencia, evitando las temperaturas extremas: mejor a temperatura ambiente o tibias que calientes o frías y mejor cocinado que crudo.
  • Normalmente con estas recomendaciones la diarrea cede en pocos días, pero si persiste más allá de cinco días, o se acompaña de fiebre o sangre en las deposiciones conviene consultar al médico.

 

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Lo que debes saber…

  • Cambios anatómicos, cambios hormonales, cambios en la dieta o la incorporación de suplementos vitamínicos pueden estar detrás de algún episodio de diarrea producido durante el embarazo.
  • Si se trata de una diarrea ocasionada por el propio embarazo no suele revestir mayor gravedad, es leve y cede espontáneamente durante las primeras semanas.
  • Para evitar episodios diarreicos durante el embarazo se aconseja tener especial cuidado con los alimentos que comemos crudos, que deberían estar bien lavados o pelados.