El síndrome del mundo cruel fue acuñado por primera vez por George Gerbner en la década de los años 70. Hace referencia al fenómeno por el cual la exposición prolongada a información y contenidos de carácter violento, aumenta la sensación de hostilidad y miedo respecto al entorno. Hace que la persona piense que el mundo es más peligroso de lo que lo que realmente es.

El ser humano está genéticamente preparado para atender y priorizar los estímulos potencialmente peligrosos antes que los estímulos placenteros. Es una estrategia adaptativa labrada durante siglos de evolución, cuya función principal es protegernos y mantenernos a salvo.

Los medios de comunicación y la ficción influyen

Los informativos y medios de comunicación ofrecen habitualmente noticias de catástrofes, crímenes, accidentes, atentados, secuestros… Por otro lado, las películas, series de televisión, redes sociales también están cargados de altas dosis de violencia. Incluso, la “infoxicación” de datos sobre el Covid19 ha hecho que se multipliquen los casos de hipocondría en nuestra sociedad.

Así pues, el síndrome del mundo cruel tiene lugar tanto con información real como en ficción.

La importancia de la narración

El síndrome del mundo cruel forma parte de la teoría del Cultivo de Gerbner, cuyo objetivo fundamental es abordar las consecuencias de vivir en un entorno cultural dominado por la televisión y cómo el consumo continuado de ciertos contenidos agresivos afecta nuestra concepción del mundo. Aunque esta teoría se ha ampliado a otros medios por el avance de la tecnología, como Internet.

La televisión es entendida como una manera de culturizar y controlar al ser humano. Se hace por medio de la narración, algo básico que ha sido estudiado por diversos modelos de psicoterapia, pero quizá el máximo exponente lo haya representado la terapia narrativa.

La narración sirve para organizar el caos de estímulos del mundo y hacerlo comprensible y previsible. Según qué partes de información seleccionemos, hilaremos una historia u otra, y eso tendrá unas repercusiones a nivel emocional. La terapia consiste en modificar partes de la narrativa dominante saturada del problema, ajustando algunos de sus componentes para crear una alternativa menos amenazante en el paciente.

¿Cómo prevenir el Síndrome del Mundo Cruel?

Algunos consejos que pueden ayudar a prevenir y manejar el síndrome del mundo cruel serían:

  • Tomar consciencia: para solucionar un problema primero hay que darse cuenta de que lo tenemos. Reflexiona las consecuencias emocionales que tiene en ti el acceder a cierta información y cómo éstas cambian tu forma de pensar.
  • Sé crítico: pon contexto a la información que recibes y busca información que contrarreste la noticia inicial.
  • No generalices a partir de información concreta. Por ejemplo, que haya un accidente de avión no significa que volar sea peligroso.
  • Alterna contenidos: da variedad a la información que recibes.
  • Cuida tu foco de atención: si te centras en estímulos negativos, tendrás emociones negativas.
  • Aparta de vez en cuando las pantallas: conecta con el mundo tangible, disfruta de todo aquello que tienes al alcance de tu mano (naturaleza, arte, deporte…) puede ayudarte a compensar el exceso de información violenta que recibimos desde los medios de comunicación; practica el JOMO
  • Entrena el humor: tiene innumerables efectos sobre la salud, no sólo psicológica sino también física.

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Lo que debes saber…

  • El síndrome del mundo cruel tiene lugar tanto con información real como en ficción.
  • Existen técnicas que te ayudarán a apartar los mensajes negativos y analizar la información desde todos los puntos de vista.
  • Si te centras en estímulos negativos, tendrás emociones negativas. Si te centras en cosas que funcionan, tus emociones inevitablemente cambiarán.