Ascariasis, ¿qué es?
Resumen del contenido
Graduada en medicina UPF-UAB.
Máster en medicina estética y anti-envejecimiento COMB-UB.
Licenciada en Comunicación URL.
Quizás no has escuchado la palabra, pero estamos hablando de una de las infecciones parasitarias más comunes en el mundo y que, lamentablemente, afecta principalmente a nuestros hijos. La culpable es una lombriz grande y redonda, la Ascaris lumbricoides, que a veces pasa desapercibida, pero merece la pena conocerla. Como médico, sé que la incertidumbre crea ansiedad, así que te voy a contar todo sobre este parásito: cómo llega, qué síntomas provoca y, lo más importante, cómo podemos protegernos.
¿Cómo se contagia y qué la causa?
La ascariasis se contagia por algo tan simple como ingerir los huevos microscópicos del parásito y su ciclo comienza en el suelo.
El viaje de Ascaris
La puerta de entrada es la boca: Todo comienza al entrar en contacto con suelo o arena contaminada. Imagina a tu hijo jugando en un parque. Si el suelo está contaminado con huevos y luego se chupa las manos (o un juguete), ¡el contagio está en marcha! También puede ocurrir si ingerimos frutas o verduras que crecieron en ese suelo y no se lavaron adecuadamente.
- Un viaje inesperado a los pulmones: Una vez dentro, los huevos eclosionan y liberan larvas diminutas. Y es que estas larvas, con ganas de turistear, atraviesan la pared del intestino y se montan en la corriente sanguínea, deteniéndose en los pulmones.
- El momento de la tos: En los pulmones, crecen un poco. Para regresar al intestino (su hogar final), ¡nos hacen toser! El hombre las tose y las vuelve a tragar.
- Hogar, dulce hogar: Ya en el intestino, maduran, se transforman en gusanos adultos y se reproducen. Una hembra puede llegar a poner miles de huevos al día, que salen junto con las heces, listos para volver a infestar. Este es el ciclo que debemos romper.
Síntomas, señales de advertencia y factores de riesgo
De hecho, en la mayoría de las ocasiones, si la carga parasitaria es baja, ni siquiera lo notaremos. Pero en infecciones más severas, el cuerpo da señales.
¿Qué señales observar?
Los síntomas dependen de la etapa en que se encuentre el parásito:
- Fase pulmonar (inicial): Puede confundirse con un resfriado o asma. Tos seca, continua, y puede haber dificultad para respirar o «pitos» en el pecho (sibilancias).
- Fase intestinal (adultos): Podemos sentir dolor abdominal (en ocasiones en forma de cólicos), náuseas y, en los casos más severos, llegar a observar la lombriz en las heces o incluso en el vómito. Esto da miedo, pero es una señal para hacer algo.
- Nutrición y desarrollo: En los niños, si la infección se hace crónica, observaremos cansancio, falta de apetito y, con el tiempo, se estancará en peso o en talla. Las lombrices nos roban nutrientes.
¿Quién está en riesgo?
La ascariasis tiene predilección por los niños exploradores: Son, sin duda, la población más vulnerable. Se manchan las manos, se meten la tierra en la boca, lo prueban todo con los sentidos.
Problemas de saneamiento: Si vivimos o viajamos a lugares con malas prácticas de aguas residuales, el riesgo se dispara.
El origen de nuestra comida: Ingerir verduras o ensaladas mal lavadas o desinfectadas, sobre todo si conocemos que proceden de suelos susceptibles de ser fertilizados de esta manera.
Las complicaciones
La buena noticia es que el tratamiento es altamente efectivo. La mala es que, si pasamos por alto el problema, las cosas pueden empeorar.
- Obstrucción: Es lo que más nos preocupa. Cientos de gusanos adultos pueden enredarse y formar una masa que obstruye el intestino. Esto causa dolor abdominal intenso, vómitos que no cesan y, en ocasiones, una intervención de urgencia
- Migración irregular: Si se pierden, los gusanos pueden meterse en el hígado o en el páncreas. Esto puede causar pancreatitis o ictericia (la piel se vuelve amarilla). Es extraño, pero es una posibilidad que nos pone en alerta.
- Desnutrición crónica: Es la complicación silenciosa. Si el parásito vive meses, roba las vitaminas y proteínas necesarias para un buen rendimiento escolar y un adecuado crecimiento de nuestros hijos.
¿Cómo verificamos si el parásito está presente?
El examen de heces: Es la prueba de fuego. Sencillamente, llevamos una muestra de heces al laboratorio, donde un profesional las observará al microscopio en busca de los huevos característicos de Ascaris.
A veces es evidente: como ya dijimos, a veces el paciente elimina el gusano adulto. Si esto sucede, es necesario ir al médico para hacer tratamiento.
Utilizamos fármacos antihelmínticos como el Albendazol o el Mebendazol. Son muy efectivas en la lucha contra el parásito.
En la mayoría de las situaciones es suficiente una sola dosis o un tratamiento de pocos días. Los fármacos paralizan o matan al gusano y permiten que sea expulsado.
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Medidas prácticas de prevención
- Lava tus manos, siempre: Este es nuestro lema. Después de ir al baño, antes de manipular alimentos y, sobre todo, después de jugar en la tierra o con mascotas. Muéstrales cómo hacerlo bien, frotando con jabón.
- Hay que lavar bien las frutas y verduras. Si comes fuera o en una zona de riesgo, da preferencia a alimentos que puedas pelar o que estén bien cocinados.
- Agua segura: Asegúrate de que el agua que tomas sea potable. En caso de duda, hervirla o utilizar filtros seguros siempre es lo mejor.
Si vives en zona de riesgo: Consulta con tu pediatra o médico de cabecera sobre la desparasitación preventiva regular. En poblaciones altamente endémicas para Ascaris, es una medida importante para la salud infantil.
Lo que debes saber…
- La ascariasis es una infección por lombrices intestinales que afecta sobre todo a niños y se transmite por ingestión de huevos en suelo, alimentos o manos contaminadas.
- Produce síntomas pulmonares e intestinales, y en casos severos puede causar obstrucción, desnutrición o expulsión de lombrices.
- Se diagnostica con examen de heces y se trata fácilmente con antihelmínticos; la prevención se basa en higiene, agua segura y lavado de alimentos.
Bibliografía
- MedlinePlus. Ascariasis.
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