Dentro de los trastornos psiquiátricos, la esquizofrenia se clasifica en el grupo de los trastornos psicóticos, en los que se produce una alteración de la percepción de la realidad. Se estima que a nivel mundial entre un 0,5% y un 1% de la población se ve afectada por esta enfermedad. En España unas 400.000 personas padecen esta enfermedad, aunque se calcula que existen más pacientes no diagnosticados.

La esquizofrenia es una enfermedad heterogénea que clásicamente se ha clasificado en cinco tipos: paranoide, desorganizada, catatónica, indiferenciada y residual.

Esquizofrenia paranoide

Se caracteriza por la presencia de una preocupación excesiva por una o más ideas delirantes de diversa índole o bien alucinaciones auditivas frecuentes (oyen voces). El lenguaje es normal, así como el comportamiento inicialmente; no se muestran arreactivos ni presentan una afectividad aplanada.

Esquizofrenia desorganizada o hebefrénica

Los rasgos predominantes son que tanto el lenguaje como el comportamiento se ven alterados, no parecen tener orden ni concierto ni responder a los estímulos externos de manera adecuada. En estos pacientes la afectividad se ve alterada, estando aplanada o siendo la reacción inapropiada.

Esquizofrenia catatónica

Se caracterizan por presentar una inmovilidad (llamada catalepsia), un negativismo extremo, mutismo, la adopción de posturas extrañas o movimientos estereotipados, así como abundantes muecas y manierismos o la imitación de las palabras o movimientos de su interlocutor (ecolalia y ecopraxia respectivamente). En ocasiones, por el contrario, pueden presentar una actividad motora excesiva.

Esquizofrenia indiferenciada

Se describe como aquella en la cual se dan síntomas como los anteriormente descritos pero sin que éstos puedan en su conjunto permitir clasificarla como paranoide, desorganizada o catatónica.

Esquizofrenia residual

No se dan ideas delirantes, alucinaciones, catatonia ni desorganización del lenguaje o el comportamiento. Solamente se dan manifestaciones leves de síntomas tanto positivos como negativos pero de menor magnitud (creencias extrañas, experiencias perceptivas poco habituales).

Desde un punto de vista terapéutico, a pesar de esta clasificación clásica, se suele clasificar a los pacientes con esquizofrenia en dos grandes grupos:

  • Esquizofrenia con predomino de síntomas positivos, engloban las alucinaciones auditivas, los delirios, las distorsiones graves del lenguaje y el comportamiento.
  • Esquizofrenia con predomino de síntomas negativos, como son la apatía, el aplanamiento afectivo, la catalepsia, la ausencia de voluntad para llevar a cabo ninguna tarea (abulia), la incapacidad para disfrutar de nada (anhedonia) o para expresar sentimientos (alexitimia) o la pobreza del lenguaje (alogia).

¿Cómo se diagnostica?

La esquizofrenia se diagnostica en función de una serie de criterios:

  • Presencia de ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje desorganizado, comportamiento desorganizado, catatonia o síntomas negativos (apatía, pobreza del lenguaje, incapacidad para disfrutar)
  • Disfunción social o laboral causada por la enfermedad
  • Duración de los síntomas superior a seis meses
  • Exclusión de otros trastornos psicóticos (trastorno esquizofreniforme, trastorno esquizoafectivo, trastorno delirante, trastorno psicótico breve o trastorno psicótico compartido) exclusión de causas orgánicas o consumo de sustancias que expliquen los síntomas.

Causas de la esquizofrenia

Como en muchas enfermedades psiquiátricas son diversos los factores que propician la aparición de la esquizofrenia, entre ellos:

  • Factores genéticos.
  • Factores estructurales, como el aumento del tamaño de los ventrículos laterales cerebrales, la reducción del tamaño de ciertas estructuras mediales o el menor funcionamiento de la corteza cerebral frontal.
  • Factores psicosociales y familiares.

Evolución de la enfermedad

La gran mayoría de pacientes esquizofrénicos no tienen consciencia de su enfermedad y en general este trastorno suele evolucionar en cuatro etapas:

  • Periodo prepsicótico con síntomas que pueden hacer sospechar del trastorno
  • Primer brote psicótico
  • Etapa de recuperación
  • Persistencia de los síntomas sin remisión a pesar del tratamiento

Hoy en día, existen múltiples fármacos que permiten tratar la esquizofrenia en todas sus variedades, paliando los síntomas pero nunca llegando a curar el trastorno. Como en casi todos los trastornos psiquiátricos, el abordaje terapéutico no será solamente farmacológico sino también mediante psicoterapia, tanto al paciente como familiar, y psicoeducación.

La esquizofrenia es una enfermedad con la cual es difícil convivir, tanto para quien la padece como para su entorno, por lo que es vital ponerse en contacto con un especialista ante la sospecha de que alguien cercano pueda padecerla.

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Lo que debes saber:
  • En la esquizofrenia se produce una alteración de la percepción de la realidad.
  • Se ha clasificado en cinco tipos: paranoide, desorganizada, catatónica, indiferenciada y residual.
  • Como en casi todos los trastornos psiquiátricos, el abordaje terapéutico no será sólo farmacológico sino también con psicoterapia, al paciente y familiares, y psicoeducación.